La idea consiste en la puesta en marcha de un nuevo proceso creativo experimental, que busca explotar las posibilidades de la Inteligencia Artificial para abrir caminos en el ámbito de la expresión artística visual.
Propongo una nueva metodología de creación, en la que el punto de partida está en la obra reciente del autor, sobre la que una serie de redes neuronales, con diferentes capacidades, producirán contenido nuevo y a la vez auto-referencial. Este resultado será re-interpretado por el artista. Este proceso «de ida y vuelta» potencia la reflexión sobre el propio lenguaje artístico, sobre el lenguaje generado por la máquina, y por la interacción entre ambos en uno y otro sentido.
Las piezas resultante de esta metodología tiene el potencial de servir de punto de partida de otra iteración del bucle, abriendo la posibilidad a un círculo virtuoso de creatividad.

Es un proyecto experimental, muy centrado en los procesos, pero que no por eso deja de prestar atención a la estética, la manufactura artesanal o a la obra de arte en tanto que objeto.
Secundariamente, este proyecto tiene el potencial de normalizar el uso de la Inteligencia Artificial en el campo artístico, algo que aún no ha sucedido, entiendo que principalmente por desconocimiento.
Metodología
El punto de partida está en la documentación fotográfica digital de mi obra pictórica realizada hasta la fecha. Una de las pinturas será el origen desde el que nacerán las diferentes generaciones.

Una red neuronal tipo GAN (Generative Adversial Network) procesará la imagen, obteniendo de ella una serie de características semánticas y compositivas y generando desde ahí una imagen nueva, «hija» de la primera, manteniendo algunas de sus características.

Una de las imágenes creadas por la inteligencia artificial es de nuevo re-interpretada, en este caso por una inteligencia humana, que volverá a manufacturar una pintura física partiendo del resultado arrojado por la máquina. En el fondo, el proceso mental de pintar es parecido al que hace la red neuronal; consiste en identificar claves y recrearlas en una imagen nueva, bajo el filtro de la propia capacidad técnica (artesanal). La pintura creada por el humano en este punto es «hija» de la imagen creada por la red neuronal, y por tanto es «nieta» de la obra pictórica original.

Es posible que estos pasos pueden volver a repetirse sucesivas veces, y crear así genealogías de imágenes en las que se alterna inteligencia humana y artificial.
